Para muestra un botón.

Un trabajo arduo, lleno de complejidades y de muchos detalles. Por fin, puedo enseñaros la sorpresa acabada. Horas y horas de coser y descoser, subidas y bajadas, de estado de ánimo. Ilusión, desidia, desesperación han sido, mis acompañantes en este trayecto hacia la camisería.

Una camisa, a través del patrón de hombre, para el sexo opuesto, sin pinzas, ancha y con solo la atadura de unos botones clásicos de camisa, de 1 cm de diámetro. Pero como la camisa, era de tres colores y con fondo blanco, decidí hacerla, más divertida poniéndole los botones de tres colores. 12 en total. Entre camisa, puños y cuello.

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Lila, verde y blanco, son los colores que cierran esta camisa discreta por su estampado pero curiosa si la miras bien.

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Una tela( teflón) asquerosamente delgada( aunque bonita y suave) que me ha hecho descoser y coser, muchas veces. Unos compañeros, que decidieron ponerme el nombre de Penélope y no por la actriz, si no por la historia griega de la mujer que descosía por las noches el tapiz, que hacía durante el día.

Máquina de coser casera, que ha dado algún que otro dolor de cabeza con los ojales y una máquina industrial, con la que empiezo a hacer migas. Está claro, que los trabajos más duros, son los que una vez terminados, te compensan más.

Muchos os preguntaréis y ahora con qué estás? Por ahora… tengo bastantes cosas entre medias, las cuales ya debéis saber, que lo dejo en Top Secret, hasta que no estén terminadas.

Queréis ver los botones como quedan encima de la tela?

Resultado final de la camisa con canesú.

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